Marcando el paso de una manera mas llevadera, pero pasan los días y parecen cada vez más inocuos, sabor a nada, sin marca, sin huella, sin altos ni bajos.
Una absurda estabilidad allanó mi territorio, no me aviso y se quedó desde hace un tiempo, como una visita molesta que no quiere partir.
Esta incómoda estabilidad que no me permite reacciones impulsivas, no me deja margen de error, no me permite angustias y tampoco picos de euforia, me tiene ahí, un poco presa, un poco aletargada, un poco anestesiada, un poco espectadora, que de tan poco termina en nada...
Me aburro, me canso, me doy vueltas sin eje y sin horizonte, quizás es cierto que el dolor por lo menos le da sabor a la vida...
Por lo menos cuando algo duele sabes que respiras, que no perdiste el tacto y que algo todavía queda... pero estar así? para qué? no estoy hecha para ser indolente, me miro a través de mis afectos y todo parece estar bien, todos apoyan esta "resurrección", esta vuelta, esta etapa, este estar... y a mí me estorba y me da náuseas...
y yo pregunto ¿cuál es el puto equilibrio del que todos hablan y persiguen?
No hay comentarios:
Publicar un comentario